¿Una nueva versión del derby español? ¿La revancha de Mourinho? ¿Otra épica de Messi? Bueno fuera. Al inicio de las vacaciones útiles de una academia de fútbol cualquiera en Lima , en pocos momentos el profe empezara a repartir chalequitos entre los niños de la categoria 2004. Los hinchas-padres de familia toman fotos y graban videos, en casa verán las repeticiones en cámara lenta para estudiar al detalle cada movimiento.
Bien visto, el asunto tiene mucho de ridiculo por pretencioso. Está bien que uno tenga expectativas puestas en los hijos y quiera darles lo mejor, pero algo anda mal por aquí, evidentemente. Niños de 7 años convencidos por sus padres de querer ser las próximas figuras del fútbol mundial. Padres convencidos de que en cualquier momento caerá el agente cazatalentos de Europa a ofrecer el primer contrato millonario del niño. Academias de fútbol que les siguen la corriente, total, ningún daño hace avivar ilusiones siempre y cuando uno pague la mensualidad.
Los psicólogos dirán que es habitual que los padres proyecten sus fructaciones en sus hijos. Si ati no se te dio ser el compañero del Cholo Sotil en el Barcelona al que la vida trato bien, tu hijo Mateo, joaquin o Sebastián - o pear, Ronaldo, Rivaldo o Josimar- bien puede vestir esa camiseta reservada al destino para llevar tu apellido. Y desde niñitos los sientan a ver las transmisiones de ESPN, los matriculan en el semillero de turno y le llenan la cabeza de mitos de nutricionistas deportivos.
Eso de no clasificar a los mundiales hace décadas y ver triunfos futbolisticos solo en blanco y negro con la narracion de Martinez Morosisni nos está haciendo un enorme daño colectivo a los peruanos. Los hinchas-padres están desesperados, cada vez más con las generaciones que pasan, por alumbar al genio que sacará de perdedora a la blanquirrojay, cómo no, resolverá desde la pubertad los problemos economicos de toda la tribu. Hay una exigencia sorda, una presión incontenida, una obligacion para con Dios, la patriay la fgamilia, puesta sobre los hombros de los nuevos peloteritos desde sus más tiernas huachitas. Y así, las vacaciones utiles de cualquier verano se convierten en un reality de talentos que ni Americam Idol.
¿No nos vendria bien relajarnos un poco? La historia nos dice que sacabamos mejores futbolistas cuando se aprendia a jugar en las pistas de barrio, lejos de miradas inquisidoras de hinchas-padres y entrenadores de menores maracando las canchas de pasto sintetico con conitos naranjas. Ademas, por falta de triunfos futbolisticos nadie se muere- miren que ya llevamos nuestros años y aqui seguimos- Con tanta parafernalia uno hasta termina por extrañar los polos blancos con letras de Educacion Fisica, el short azulino y las zapatillas Blancas todo terreno, saliemdo a jugar a la calle en el medio tiempo de los partidos,o como haciamos en aqui en San luis de Cañete entrando a jugar todos los Domingos en los entretiempos de los partidos de la primera -que buenos 10 minutos-. Ay aquellos tiempos en que todo era más simple y jugabamos mejor.
